Sin embargo, el Real Madrid no es el primero (ni será el último) equipo de fútbol que vista de rosa. Cuenta la leyenda que hubo una época en la que Real Madrid y Barcelona se lo jugaban todo en encuentros a brazo partido, en los que luchar por la victoria tenía una transcendencia que iba más allá de los 90 minutos. Manteniendo el blanco en el fondo de la camiseta, el artista Darío Urzay decidió transformar el rojo de sus tradicionales rayas verticales en múltiples manchas que no tardaron en bautizarse como “de ketchup”.